Cuando llegaron los primeros colonizadores a Rapa Nui, vieron que existían varias enfermedades propias del lugar y que eran tratadas con remedios obtenidos de ciertas plantas, preparados preferentemente como infusiones y mezclas aplicadas a modo de cataplasmas. Así el cardo machacado se aplicaba a heridas y úlceras, la amaranta a las quemaduras y una especie de dulcamara se usaba como cicatrizante, esta sería la yerba mora (Solanum nigrum), «poporo» en lengua rapa nui.

También se menciona un tipo de helecho «kava-kava atua», que crecía gracias al poder de un rey y se utilizaba como medicina y ocasionalmente como comida. El «Ngaoho» (Caesalpina bonduc), era usado para varias aplicaciones curativas aunque no se especifican cuales (Gusinde 1920:224); el «marikuru» (Sapindus saponaria) como remedio astringente (Fuentes 1913:326) y el «ohe» o bambú que se usaba para el dolor de dientes, el cual se hervía o quemaba poniéndose posteriormente en el sector afectado.

Era común el sanamiento por medio del vapor para los resfríos y catarros bronquiales. Para esto se hacía un hoyo largo del tamaño de un hombre, se ponían piedras calientes en el fondo y se cubría con una delgada capa de hojas de plátano y pasto sobre la cual se tendía el paciente, el que era tapado con otra capa igual.

Para las personas cansadas, con dolores de cabeza, vahídos, desvanecimientos, se practicó el masaje o «tauromi» que consistía en amasados, fricciones, palmoteos y pellizcos de los expertos en este tratamiento. La aplicación se hacía en forma vigorosa, «con las palmas y nudillos en cada músculo y tendón, así como en cada articulación de las vértebras hasta que el exhausto paciente caía en un estado de profunda somnolencia». (Thomson, 1980:58). Para los dolores de estómago, como también para las mujeres que habían dado a luz, se colocaban piedras calientes sobre el abdomen.

Ciertas enfermedades eran tratadas por sacerdotes o «tumu ivi atúa», cuando se pensaba que la causa del mal era algún espíritu que había tomado posesión del individuo. El «tumu ivi atúa» entraba en la choza y se quedaba ahí largo rato, tratando de saber qué espíritu había entrado en el paciente. Conversaba con el «aku-aku», y si éste se negaba a dejar el cuerpo, el sacerdote lo sacaba violentamente.

Muchos de estos métodos ya no se practican debido al contacto con el exterior y a la introducción de la Medicina Moderna, la cual ha ido dejando de lado las prácticas naturales. Pero, no por esto dejan los habitantes de Rapa Nui, de reconocer el valor y la eficacia de la Medicina Tradicional.

Revista. Clava Nº4. 1988. Museo Sociedad Fonck. Viña del Mar Chile.

«Medicina Tradicional en Isla de Pascua».