En las fiestas y ceremonias atacameñas se expresa una relación profunda e interacción intensa con la naturaleza, como los convidos al espíritu de la tierra (pachamama), de los cerros (tata-cerros) y del agua (tata-putarajni) como también de los antepasados (tata-abuelos).

Hoy subsisten sus patrones tradicionales de creencias, cognición y simbolismo, basada en concepciones mitológicas tradicionales y reactualizada mediante la experiencia ritual.

Las festividades atacameñas por excelencia son:

El carnaval.

La limpia de canales.

El enfloramiento del ganado.

El culto a los tata abuelos o antepasados prehispánicos

Fiestas y Ceremonias

El sincretismo andino-cristiano se expresa en diversas ceremonias locales, especialmente en las fiestas patronales.

Cada localidad tiene un santo o una santa, patrono del pueblo. Además de esta divinidad protectora de la comunidad existen santos venerados en función de sus atributos milagrosos.

San Antonio, por ejemplo es el patrón de los llameros.

Existen leyendas como la que relata que la virgen de Guadalupe aparece en un riachuelo que cruza el pueblo de Aiquina.

La Candelaria es la fiesta de Caspana, aun cuando San Lucas es el patrón de la comunidad.

El alférez es el responsable ante la comunidad de la realización de la fiesta. Las mujeres de la casa del alférez deben preparar la cena llamada boda para servir a los invitados especiales.

Ritos tradicionales

En estos rituales, enmarcados en el ciclo agropastoril anual, sobresalen los ritos atacameños tradicionales, mezclados con riruales cristianos, constituyendo una expresiónl de sincretismo andino-cristiano.

Comenta el cronista, Gerónimo de Vivar, secretario del conquistador Pedro de Valdivia:

«acostumbran hablar con el demonio los que por amigos se le dan …».

Esta descripción se refiere a la práctica religiosa en que el chamán se ponía en comunicación con el espíritu o ser sobrenatural.

Posiblemente las figuras que adornan las típicas tabletas y tubos de rapé de los Atacameños sean representaciones de seres míticos.

Se cree que los hechiceros inhalaban tabaco en estos bellos artefactos o ingerían líquido en gotarios para alcanzar el estado de trance.